Llegar a ser consciente de que soy un ser de Luz y Amor viviendo una experiencia humana me brindó la posibilidad de comprender muchas cosas, entre ellas que no sabemos amar en base al amor, sino en base al miedo. El amor no es una emoción, es una conciencia común, una vibración, un estado, nuestra esencia. El concepto de «ama al prójimo como a ti mismo» no es una idea moral, es puro amor, es ser consciente de que somos un producto de una conciencia unificada. El estado natural de nuestro ser es el enamoramiento, el sentirse enamorado de su propia existencia, de su propia vida y de quien forma parte de ella, ese es el estado simple pero lo complicamos creyendo que amar es algo difícil, el amor es el disfrutar de la verdad que somos.
Exigimos que nos amen, pero no estamos en condiciones ya que si no sabemos amar-nos de forma incondicional, en base al amor, ¿por qué van a saber los demás? Nos enseñan a no amarnos, a identificarnos con nuestra imagen, a no aceptarnos como somos, a cambiar todo aquello que se salga de los cánones de belleza, no nos amamos y hacemos creer lo contrario poniéndonos una máscara bonita y un disfraz porque tenemos miedo a que entonces no nos amen. Qué incoherencia, ¿verdad?
«Tu mismo, tanto como cualquier otro ser en el Universo, te mereces tu amor y tu respeto» (Buddha)
Como seres humanos no nos percatamos de que si empezamos a amar-nos, empezaremos a experimentar la libertad, porque nos liberaríamos de los propios juicios ante los sucesos que nos ocurren, los sucesos son lecciones de aprendizaje no actos que se deben juzgar. Sirven para encontrar nuevos caminos en la vida, nuevas oportunidades, aprender a tomar decisiones, a comprender y evolucionar interiormente. Cuando amas desde lo más profundo de tu ser un suceso, le das la bienvenida y deja de ser un suceso para pasar a ser un instante en el que estás aprendiendo a amar aquello que no sabías antes del suceso.
Detrás de cada acto de amor se esconde el miedo, el miedo a perder la felicidad, por eso cuando somos felices seguimos sufriendo, porque la defendemos para que nada cambie, por miedo al cambio. Si tenemos hijos el miedo a que les ocurra algo aparece, es algo natural, aunque a veces puede llegar al punto de no dejarle vivir su experiencia, cuando un ser querido enferma lo amamos en base al miedo a perderle o a no verle más, amamos a nuestras amistades sin decirles lo que a veces realmente pensamos en base al miedo a no encajar y perder nuestro lugar, amamos a nuestras parejas haciendo lo posible por mantenerlas a nuestro lado en base al miedo a quedarnos solos… Entonces, ¿son realmente actos de amor o de EGO-ísmo basado en el miedo? ¿Cuántas cosas perdemos por miedo a perder? Vivimos en una esclavitud emocional y esclavizamos emocionalmente a nuestros semejantes tras las rejas del miedo.
«La vida comienza donde termina el miedo» (OSHO)
Amar a alguien es dejarle ser en libertad, el amor no exige sino que ofrece la posibilidad de seguir creciendo y evolucionando como persona, nuestro camino es único y vamos encontrando seres que nos acompañan, hay que permitirles que recorran el suyo. Acostumbramos a querer cambiar a nuestro entorno considerando qué sería y qué no lo mejor para su existencia pero, ¿quiénes somos para considerar que tenemos ese poder? Si nadie le pertenece a nadie, lo único que podemos hacer es aconsejar y contar nuestra experiencia pero no se puede privar a nadie de vivir la suya. Para amar al resto primero hay que amarse, para amarse hay que asumirse, para asumirse hay que detenerse a observar la calidad de los pensamientos, lo que pensamos de nosotros mismos nos afecta directa e instantáneamente por eso es importante atender los pensamientos que pasan por nuestra mente.
¿Por qué amamos en base al miedo? En primer lugar porque no nos amamos y eso nos lleva a tener miedos, a veces infundados. En segundo lugar porque el miedo siempre apunta al futuro trayendo al pasado al instante presente. ¿Cómo vamos a ir hacia una conciencia que está basada en el amor si nada en nuestro mundo se basa sólo en el amor? Somos seres pensantes, sintientes, amantes, sin embargo no sabemos pensar, no sabemos sentir y no sabemos amar… Pero no pasa nada, podemos aprender… Sólo tenemos que hacer una cosa, quitar las rejas y empezar a amar-nos.
«Egoísmo, envidia, odio, rencor, deseo, ausencia de entendimiento… AMOR entre rejas no sirve, el inconveniente son las rejas que no dejan usar el AMOR. Así pretenden encerrarlo. El verdadero inconveniente está, en usar las rejas y no el AMOR. (Luis Gutmen)